El motor es uno de los sistemas más importantes de cualquier vehículo. Es lo que transforma la energía química presente en la reacción del combustible en energía mecánica para que el vehículo se mueva. Además, el motor se encarga de recargar la batería del coche -a través del alternador- e indirectamente de hacer funcionar todos los componentes eléctricos y electrónicos. Por este motivo, no se deben posponer algunos cuidados de su motor…

El aceite de motor tiene la función de lubricar los componentes internos para que se muevan con mayor facilidad. Además, el aceite se encarga de limpiar el motor, retirando los fragmentos metálicos que se generan por la fricción entre los componentes internos. Con tantas funciones importantes, el aceite debe estar siempre actualizado. El cambio de aceite se puede realizar en cualquier taller, es rápido y relativamente barato (sobre todo si lo comparamos con los daños que puede provocar no cambiar el aceite). Cada motor utiliza una especificación diferente de aceite. Por lo tanto, revisa las especificaciones de aceite que utiliza tu motor y el kilometraje recomendado para cambios de aceite en el manual de tu auto, y mantén siempre el aceite en buenas condiciones.

El sistema del motor es muy sensible a impurezas como, por ejemplo, los pequeños fragmentos de metal mencionados anteriormente. Por ello, se utilizan varios filtros para evitar la contaminación del sistema con polvo o residuos externos. Entre los principales se encuentran los filtros de aceite, aire y combustible. El filtro de aceite se debe cambiar junto con el lubricante, según las instrucciones del manual del vehículo. Los filtros de aire y combustible normalmente se cambian cada 10.000 kilómetros. Todos los filtros también son asequibles.

El radiador es el componente encargado de enfriar el motor. Este enfriamiento tiene una tremenda influencia en la vida útil del motor. Sin el sistema de refrigeración, el motor puede sobrecalentarse e incluso atascarse. Por lo tanto, siempre revise el nivel de agua y/o aditivos en el radiador. Es importante que el nivel del depósito esté siempre entre mínimo y máximo cuando el motor esté frío. Recuerde también verificar que el mecánico haya cambiado el líquido del radiador según lo especificado.

Los combustibles aditivos son grandes aliados de los motores. Ayudan a limpiar la parte interna del motor, las boquillas de inyección y permiten una combustión más limpia del aire y del combustible. Además, la gasolina añadida rinde más que la gasolina normal debido a que se quema mejor. Cabe resaltar que los aditivos no aumentan la potencia ni el octanaje del motor, estos son mitos. Aun así, los beneficios son muchos, por lo que siempre que sea posible, utilice combustible aditivo.

Es importante realizar inspecciones mecánicas periódicamente, comprobando el estado de tu motor, así como los componentes que puedan estar dañados, como bujías, correas, etc.