Con una cifra estimada de 46.000 víctimas, una de las pandemias más grandes del mundo que no podía quedar fuera de nuestra lista es la Gran Plaga de Milán.

Se trata de una serie de brotes de peste bubónica que azotaron las ciudades del norte de Italia, que habrían sido portados por soldados franceses y alemanes tras movimientos de tropas asociados a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).

Con esto, las tropas venecianas se contagiaron de la enfermedad y la propagaron por el norte y centro del país.

En octubre de 1629, la peste azotó Milán y, aunque la ciudad tomó medidas efectivas de salud pública, la peste se extendió, sobre todo después de que se relajara durante el Carnaval.

En consecuencia, hubo un gran aumento en marzo de 1630, al que siguió una tercera ola en la primavera y el verano de 1631.

En conjunto, Milán sufrió alrededor de 60.000 muertes de una población de 130.000, mientras que en la República de Venecia esta cifra fue de 46.000 víctimas de un total de 140.000 habitantes.

Algunos historiadores incluso creen que la drástica pérdida de vidas y su impacto en el comercio provocaron la caída de Venecia como potencia comercial y política.